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Luz de Otoño

Las madres son almas que siempre serán sinónimo de amor, del amor más puro existente en el mundo. Sus manos se han pasado años forjando escudos para protegernos. Sus brazos son mucho más que el rincón en el que nos escondíamos de un mundo al que no queríamos rendir cuentas.
Esta y otras muchas frases hay escritas acerca de la relación de una madre para con su hijo. Seguro que no descubro nada nuevo, tan solo me sirve para ilustrar esta segunda obra dedica a las mamas (la primera fue en el 2014 y que lleva por título “Maternidad”).
He intentado plasmar con pinceladas el sentimiento que expresa la antedicha frase, utilizando como marco una cama bañada con la luminosa luz de una fría mañana de otoño.
A la derecha del cuadro, un invisible ventanal refleja sobre la pared las ramas desnudas de un árbol y que sirve como contrapunto y equilibrio de todo el escenario.
Yo destacaría la expresión de la niña, que trasmite una especie de éxtasis de satisfacción, sosiego y protección, al sentir las amorosas caricias y la presencia de su madre.

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2024

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